sábado, 6 de noviembre de 2010

AFTER DARK, de H. Murakami, o como escribir un libro a toda prisa


Quizás me llaméis masoquista, pero después de la crítica que hice a Tokio Blues, os dejo otra de este autor japonés que levanta tantas pasiones y odios —en mi caso, completa neutralidad—. La novela tiene 200 páginas y se lee en un par de horas. No, mi velocidad de lectura no es tan abrumadora, es que tiene truco: 14pt y márgenes desorbitados maquillan un texto bastante corto (1). Pero un texto corto no tiene por qué ser malo. De hecho, lo que se espera de los textos cortos, es su intensidad, su originalidad o cualquier otra cosa que agotase a un autor normal después de 100 páginas (digo lo de normal para no meter en el mismo saco a Thomas Mann, Cortázar y al resto de la humanidad). La metamorfosis, o El viejo y el mar son buenos ejemplos de textos cortos con gran originalidad. Pues bien, no encontraremos nada de eso en After Dark. La narración es rápida y anecdótica. Los personajes principales no pintan nada en la historia, o quizás es que la historia no pinte nada. La pareja que se conoce en la noche no dice más que banalidades durante buena parte del libro, y de vez en cuando, se les escapa alguna idea interesante. Por otro lado, se nos presentan unos cuadros surrealistas y oníricos (de la hermana de la protagonista, que duerme) que apenas tienen nada que ver con la historia.
Quizás yo no sea muy despierto y el libro tenga unas conexiones alegóricas clarísimas entre las dos historias, pero el resultado es tan abierto que lo mismo se le puede dar una explicación religiosa que atea, capitalista que socialista. Es como interpretar un pasaje de la biblia o el dibujo de las nubes. Todo está en nuestra mente, no en la de Murakami.

Luces, cámara y acción

El escritor plantea una y otra vez algunos capítulos como la descripción de planos cinematográficos. A mí me parece muy bien, pero a base de abusar de ellos, se le ve el plumero. Sólo los usa para no pensar, para no usar elementos literarios originales. Y que nadie me venga con lo de “Murakami es un genio porque mezcla cine y literatura”. Es infinitamente más fácil escribir “plano general de una habitación” que rodarlo. De hecho, no tiene ningún mérito. De nuevo, todo está en nuestra mente, no en la de Murakami. Quizás a un lector con mucha imaginación, el libro le conmueva, pero a mí, que no tengo ninguna, me ha dejado bastante frío.

Y Murakami pensó

¿Cómo puedo escribir un libro rápidamente para cobrar dinero y comprarme más discos de jazz y gorras de baseball? Recurriendo a todo esto: tópicos de otros libros que ya escribí, diálogos hiperrealistas (en personajes no demasiado creíbles) que no llevan a ningún lado, y cuando no sepa qué hacer, escribir “plano”, “secuencia” y poco más, así como sucesiones de frases inconexas una detrás de otras que, bueno, tienen relación, pero no están literariamente bien unidas. ¿Y qué pasa con la trama? Ah, sí, la trama… que se la invente el lector, que yo tengo mucho trabajo ya.

Valoración

Decepcionante. Claramente escrito a contra reloj. Murakami pudo haberlo terminado perfectamente en una noche (recordad que las revisiones y las correcciones las puede hacer el editor). Recibiría el dinero a la mañana siguiente (after dark, claro). Nota: 1/5

Ficha

Título: After Dark
Autor: H. Murakami
Año: 2005
Traductora: Lourdes Porta
Editorial: Tusquets.


Notas

(1) De nuevo, hemos elegido la edición de Tusquets, de la colección Andanzas.
(2) No es literal, porque perdí ya el libro (lo tuve que devolver a la biblioteca), pero os hacéis una idea.

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